lunes, 12 de diciembre de 2011

Cuando el objeto material se vuelve parte de tu afectividad...

Se robaron mi iPod. Un aparato con el cuál estuve alrededor de 5 años, que me hacia el día y/o la noche por toda la música que contenía. En julio pasado, por reemplazarle la pila vieja por una nueva, se le borraron alrededor de 4000 canciones, y aunque al principio estuve en estado de shock, poco a poco fui metiéndole de nuevo música y mis playlists quedaban armados con una mejora incluida (según mis gustos). Todavía estaba en proceso de meterle otros discos cuando se vino ésta tragedia…

Eso me ha hecho voltear a ver mis cd’s viejos. Otros objetos fieles (siempre y cuando no se rayaran) que me acompañaron antes de que llegara el iPod. Porque sí, los hice a un lado cuando tuve el iPod en mis manos, pero no los deseché, ni los tiré, ni regalé. Quedaron esperando para cuando tuviera un apuro y/o necesidad musical: buscar alguna canción, copiar todo el cd entero a la biblioteca en la computadora o bien, el simple hecho de revisar el “booklet” (o ‘librito’ como le decimos) buscando algún dato curioso o cuando sé que tendré la oportunidad de conocer al artista/banda del cd y llevarlo para que lo autografíen.

Es un objeto material que se puede recuperar. No lo dudo. Lo que me duele de perderlo es porque me lo regaló mi esposo en nuestro primer aniversario de bodas; por ello lo cuidé muchísimo, me resistí a cambiar de modelo cuando comenzaron a aparecer los iTouchs y iPhones y además es un aparato agradable para gente que le gusta escuchar música en cualquier momento del día. No es nada más por el hecho de tener un "objeto de lujo” como muchos le llaman, sino que involucraba también un valor sentimental.

Además ésta pérdida me recordó dos robos anteriores que coincidentemente fueron en diciembre: uno en 2002 cuando me robaron TODOS mis discos compactos, los cuáles aparte de ser parte de mi colección, eran mi material de trabajo en la radio; y el otro en 2005 cuándo estaba a 3 días de casarme e irme de luna de miel, me robaron mi cartera. Por eso creo que me pegó más todo este asunto del robo/pérdida.

Mientras medito el hecho de comprarme otro iPod (sin importar que sea nuevo de paquete), le doy las gracias a Dios por haberme permitido tener uno. Porque hay gente que nunca llega a tenerlos y que les costaría toda una vida de trabajo el comprarlos. Me siento mal de entristecerme por una pérdida material, cuando hay otras personas a mi alrededor y en el mundo que sufren por cosas más graves… en fin.
 
Es simple catarsis lo que estoy escribiendo hoy…
 
Suena en el iTunes: Home de Depeche Mode. Qué bárbaro :'(




Gracias a todos los que leen este blog!
Súbanse al camión de la buena onda...
Y recuerden: lean blogs, es gratis y le da gusto al autor!
Dios los bendiga!
Deedeex :]



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