miércoles, 22 de agosto de 2012

Entre los límites de la libertad de expresión: Pussy Riot.




En los últimos días ha causado cierto furor y curiosidad la nota acerca de 3 integrantes de una banda rusa llamada Pussy Riot que fueron sentenciadas a cumplir 2 años de cárcel por  el cargo de “vandalismo motivado por odio religioso”, todo por cantar una “oración punk” en la catedral de Moscú en febrero pasado, en protesta por el apoyo de la Iglesia Ortodoxa Rusa a Putin.

Con una grabación precaria y un canto compuesto de repeticiones y alaridos (los cuales de pronto me dieron miedo), las cantantes feministas fueron desestimadas por muchos críticos y oyentes por considerarlas no profesionales, provocadoras y obscenas. Sin embargo, la interpretación y distribución de cada uno de sus videos reflejó pasos importantes en el crecimiento del movimiento de oposición en Rusia que protestó por el retorno de Vladimir Putin al poder como presidente.

Dada la fama que ha adquirido recientemente el conjunto musical ruso Pussy Riot, el público se sorprende al enterarse de que toda la obra del grupo femenino punk se reduce a seis canciones y cinco videos. La banda consiste en por lo menos 10 miembros que siempre actuaban con pasamontañas, de modo que sólo se conoce públicamente la identidad de las sentenciadas. 



Los jerarcas de la iglesia ortodoxa rusa pidieron clemencia para las tres condenadas. El clérigo Tikhon Shevkunov  ha declarado que “las perdonamos desde el principio. Pero tales actos deberán ser eliminados por la sociedad y las autoridades”.

Tras la condena de dos años de cárcel impuesta a Nadesda Tolokonnikova, de 22 años, Marina Alyojina, de 24, y Yekaterina Samuzevich, de 30 años, Pussy Riot lanzó una canción titulada “Putin enciende la llama de la revolución”, en la que ataca al mandatario ruso. El grupo publicó en Internet el single sobre el veredicto, acompañado de un video, y advirtió que seguirán luchando, es decir, se seguirán manifestando a través de su música.

Hay que dejar en claro que no se juzga si tenían razón o no en manifestar su desacuerdo sobre el señor Putin, sino el lugar y el modo que eligieron para hacerlo. Las chicas detenidas han manifestado y han pedido disculpas a los cristianos ortodoxos. Quien pide una disculpa es porque reconoce que algo que hizo no estuvo bien. Y si no estuvo bien, lo admite y pide perdón, habrá que perdonar, pero también se debe reparar por el mal cometido.

Si bien, no fue lo más adecuado realizar esa presentación en este recinto (y en mi particular punto de vista, no debería de ser en ningún templo religioso), la opinión internacional coincide en que la sentencia dictada no debería de ser tan enérgica ya que se atenta en contra de la libertad de expresión y manifestación.

Gracias a todos los que leen este blog!
Recuerden: lean blogs, es gratis y le da gusto al autor ;)
Súbanse al camión de la buena onda...
Dios los bendiga: DeeDeex :]



No hay comentarios:

Publicar un comentario